martes, 3 de marzo de 2015


El momento en el que te das cuenta de que te encanta su sonrisa aunque no sea para ti, que el brillo que ilumina sus ojos cuando ríe es suficiente para alegrarte el día aunque él no lo sepa, que el simple hecho de verle feliz hace que te merezca la pena sentir todo eso en silencio, aunque sólo sea para no perturbar su tranquilidad cuando está contigo, ignorando el revuelo que causa en tu interior una sola sonrisa suya. Ese momento en el que te das cuenta de que estarías ahí para él siempre que te lo pidiese, por mucho que te hayas prometido a ti misma que no sería así. Es ese el instante en el que has de ser consciente de que estás totalmente perdida.


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