domingo, 21 de diciembre de 2014

Hay que darse a valer. Estoy cansada de ver cómo mujeres que valen muchísimo viven sometidas a las reacciones y malos humores de los tiranos de sus parejas. Que soportan desprecio tras desprecio, aguantando malas palabras y críticas sobre su físico, forma de ser o de actuar. Que han de vivir siendo ignoradas siempre que al ser egoísta y mezquino de turno se le crucen los cables. Estoy cansada de ver a mujeres humillándose a si mismas y siendo humilladas continuamente. Que pese a ser conscientes de que no las tratan bien, siguen ahí. Día tras día. Mes tras mes. Año tras año.
Me da tanta rabia que hoy por hoy, que tanto se ha luchado por los derechos humanos en general y de la mujer en particular, siga habiendo mujeres que viven atadas a relaciones tóxicas que, lejos de beneficiarlas, arruinan su alegría y autoestima..
Y es que nadie tiene derecho a hacerte sentir inferior. Nadie tiene derecho a decirte cómo has de comportarte o vestirte. Nadie que te quiera se empeñará en hacer comentarios despectivos sobre tu físico, porque nadie que te quiera querrá hacerte sentir fea, gorda o poco atractiva. Porque si lo hace, es que, efectivamente, no te quiere.
No solo el que agrede físicamente es un maltratador, y es esto lo que muchas no tienen presente.
Hay que darse a valer. Porque si tú misma no te valoras lo suficiente, nadie aprenderá a valorarte como mereces.
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Hay muchos tipos de besos. Besos que quieren decir mucho, besos que no dicen nada. Besos que esconden sentimientos, besos que desnudan el alma. Un beso puede ser todo, o puede no significar nada. Hay besos que muestran intenciones, besos que se dan con conocimiento de causa, y besos que te roban un suspiro y te abren una ventana, mostrándote un nuevo mundo de posibilidades que quizás antes no habías tenido en cuenta. Hay muchos tipos de besos, pero no siempre sabemos descifrar qué nos están queriendo decir los labios que nos besan.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Hoy me gustaría volver a ser pequeña. Que mi madre me vista de princesa y me saque de paseo, a descubrir el mundo cogida de su mano. Que mi padre me peine la melena y me deje tan guapa como una muñeca. Que todo sean risas, abrazos y canciones divertidas. Que no haya mas que libros de Celia, Harry Potter y Los Cinco. Que me arropen al dormir dándome un beso de buenas noches y me despierten con mimos por la mañana. Que le quiten peso a los miedos y las pesadillas riéndose y diciendo que solo ha sido un mal sueño o que no existe. 
Todo eso ya se fue, y de la niñez queda muy poco.
Hoy el paso tiene que ser firme. Hoy no puedo vacilar ni esperar a que alguien me infunda el valor que me falta. Hoy es hoy y no ayer. Hoy toca ser mujer.

lunes, 27 de enero de 2014

Historias de juventud, vivencias de un pasado ya lejano, recuerdos ocultos en una memoria ajena, de toda una vida entera, una vida tan vivida, tan aprovechada, que no puede mas que guardar valiosos recuerdos, tan hermosos y enternecedores que me hacen estremecer. 
Una foto en blanco y negro, de una hermosa boda doble, de unas vacaciones o de una familia viviendo felizmente en Marín; una cinta de cassette grabada con canciones cantadas en un camarote de un barco de guerra; un vídeo de una celebración de cumpleaños llena de gente que canta y rie alegremente... 
Tantas cosas que ya pasaron, pero que sin embargo hoy podemos presenciar y conocer aunque sea en una pequeña parte gracias a todo esto.
Cuan valiosos son los recuerdos... y sobre todo.. cuan valioso es tener a alguien que puede transmitirte tantas vivencias y experiencias hermosas...

- Dedicado a mis abuelos Benito y Maria del Carmen.


domingo, 26 de enero de 2014

Mensaje enviado. Arranca y se va. Poco después le suena el móvil. Número privado. No soporto que oculten el numero. ¿Quién podrá ser? Demasiadas hipótesis. Se acaba antes respondiendo.
- ¿Si?
- Soy yo.
- ¿Y quién es yo?
- Yo, Niki. ¿Ya me has olvidado?
No, piensa Alessandro. Como podría, aunque solo sea por los destrozos del coche. Pero no se lo dice. Se da cuenta de que superaría de nuevo a la Bernardi quizá también a la madre de Niki en la clasificación. El zorro vuelve a entrar en escena y se tumba tranquilo a escuchar.
- No te sale mi numero porque te estoy llamando desde el fijo. Me he quedado sin saldo.
Quizá yo podría recargárselo, piensa Alessandro por un instante.
- Solo quería decirte que me lo he pasado muy bien esta tarde contigo. Me he divertido un montón.
En el fondo, Alessandro se siente un poco extraño. El zorro lo mira mal.
- Yo también, Niki. - El zorro vuelve a tranquilizarse.
- ¿Sabes que es lo que mas me ha gustado?
- ¿El batido?
- No, idiota. Que me has hecho sentir mujer.
Alessandro sonríe.
- Bueno, eres una mujer.
- Si, gracias, ya lo sé. Lo que pasa es que a veces no me lo hacen sentir del todo. ¿Y quieres saber lo mas bonito? Es la primera vez que alguien.. sí, bueno.. Es decir, es algo que nunca un hombre habia hecho por mí..
Alessandro se queda perplejo.
- Bueno, me alegra mucho oírlo. - Alessandro piensa de qué puede estar hablando, pero no se le ocurre nada.
- Entonces, ¿ya sabes a lo que me refiero?
- Tengo una vaga idea, pero será mejor que me lo digas tú.
- Ok.. Pues que cuando me has acompañado hasta la puerta, no has intentado besarme. En serio. Me ha gustado a morir. Es la primera vez que un hombre me acompaña hasta el portal y no lo intenta. ¡Felicidades! ¡Eres único! ¡Adiós! Nos llamamos pronto, que pases una buena noche.
Como de costumbre, Niki cuelga sin darle tiempo a responder.
Alessandro se queda con el móvil en la mano. Felicidades. Eres único. ¡Querrá decir que soy el único gilipollas! Y sin saber bien cómo interpretar aquella llamada, acelera hacia via Flaminia.

- "Perdona si te llamo amor". Federico Moccia.

El mundo. Ese sitio tan maravilloso que el ser humano se empeña en destruir y envenenar con su ponzoña. Debería agradarme vivir y formar parte de ese todo, pero no. No me gusta. Porque éste no es el mundo en el que querría vivir...
Quiero vivir en un mundo en el que cuando una persona pierda la cabeza no mate a inocentes, sino que se dedique a ayudar a ancianos a 
cruzar la calle o a repartir donativos. Quiero un mundo en el que exista igualdad de sexos en su totalidad. Quiero un mundo en el que no exista el maltrato y la discriminación de ninguna clase, ya sea infantil, animal, por razón de sexo, en los colegios o en el seno familiar. Quiero un mundo en el que no se fabrique armamento nuclear. Quiero un mundo en el que una madre o un padre no mate a sus hijos, y viceversa. Quiero un mundo en el que no se roben niños recién nacidos a sus madres, diciéndoles que han nacido muertos, para entregárselos a otros a cambio de una cuantiosa suma de dinero. Quiero un mundo en el que se respete la opinión de las personas. Quiero un mundo donde la Justicia ciertamente sea real y efectiva, y que no sólo lo ponga en los libros de texto de la carrera de Derecho. Quiero un mundo en el que se pueda ir por la calle sin temor a que alguien te robe, viole o rapte. Un mundo en el que se intente que todas las enfermedades tengan cura y en el que si se encuentra una posible cura para ellas no se tape su existencia porque no resulte rentable a la empresa farmacéutica y a los laboratorios. Quiero un mundo en el que no exista corrupción política alguna y la democracia haga honor a su nombre, donde los políticos miren por los intereses de los ciudadanos y no únicamente por los suyos propios. Quiero un mundo donde los ricos repartan entre los pobres en lugar de comprarse un deportivo o ropa carisima. Un mundo sin explotación infantil. Un mundo en el que se respete el medio ambiente. Un mundo en el que no se siga destruyendo la capa de ozono y en el que el amazonas, el grán pulmón del mundo, no siga siendo talado. Quiero un mundo donde las personas quieran y respeten a otras personas.Un mundo en el que no exista el terrorismo. Un mundo donde se lleven la vida y la sonrisa por bandera...Me abate la maldad humana. Cuánto daño estamos haciendo...

Yo lloro por el amor. Lloro porque no existe. Lloro porque jamás experimentaré realmente esa sensación de plenitud, esas situaciones absolutamente perfectas que solo se pueden ver en la ficción. Me refugio en libros y películas, me meto en la piel del personaje, y
disfruto enamorándome una y otra vez de ese ser perfecto que te hace sentir volar. Pero entonces vuelvo a la realidad, y el brillo de mis ojos desaparece, añorando ese sentimiento que en este mundo terrible no es posible vivir.