miércoles, 23 de febrero de 2011


[...]¿Podría decirse que al dolor que acompañaba la pérdida de un ser querido vino a sumarse la necesidad de honrar la muerte? ¿Acaso fue en ese preciso instante cuando nació la creencia en otro mundo donde los difuntos seguirían existiendo?
Existen tantas teorías sobre este tema que sin duda jamás sabremos en qué momento de su evolución el hombre comenzó a creer en un dios. Cómo, igual de fascinado que atemorizado por su entorno, empezó a divinizar una fuerza que lo superaba. Realmente era necesario que el hombre le diera un sentido al misterio del alba y del crepúsculo, al de las estrellas que se alzan en el cielo por encima de su cabeza, a la magia de los cambios de estación, de los paisajes que se metamorfosean, al igual que su cuerpo se transforma a lo largo del tiempo hasta obligarle a exhalar su último aliento de vida.[...]

Marc Levy. ''El primer día''.
El hombre es un animal muy extraño, necesita vivir en sociedad y sin embargo tampoco puede evitar dividirla. Probablemente es lo que nos queda del instinto gregario. Crear espacios colectivos para tranquilizar nuestros miedos...

Marc Levy. ''El primer dia''.